Descripción
En el cuidado maternal están implicados mecanismos biológicos preprogramados que han ido moldeándose durante la evolución, y que han persistido porque han resultado beneficiosos para la supervivencia de la especie. El estudio de las bases neurobiológicas del cuidado maternal en otras especies resulta muy informativo para entender cómo se adapta el cerebro humano a la maternidad. Los roedores son la especie más estudiada en el área de la neurociencia del cuidado maternal. Las hormonas son las responsables de orquestar y monitorizar gran parte de los cambios fisiológicos que acompañan a la maternidad.
Tanto los estudios en roedores como los estudios en humanos ponen de manifiesto que el embarazo supone una reorganización cerebral dirigida a afrontar los retos de la maternidad. Por un lado, los cambios que afectan al sistema límbico, en concreto del sistema del refuerzo, parecen estar implicados en esta sensación de enamoramiento madre-hijo. Por otro lado, las adaptaciones que afectan a las áreas implicadas en la cognición social y la empatía podrían relacionarse con la fusión de identidad madre-hijo y el comportamiento altruista maternal. Los hallazgos tienen aplicaciones clínicas en los cuidados en embarazo y posparto así como en la lactancia.
“En la práctica clínica, explicar a las madres y futuras madres y padres el sustrato biológico de la conducta maternal puede ser una intervención psicoeducativa en sí misma, que introduzca a su vez la descripción del proceso psíquico del embarazo y que permita por un lado aliviar el desconcierto que en ocasiones presentan las gestantes, y por otro anticipar los cambios de conducta que acarrea la maternidad”.
Susanna Carmona, Psicología del embarazo (capítulo 3, Editorial Síntesis, 2021).