J35, un miembro de una familia de orcas -en peligro crítico de extinción- dio a luz a su cría, solo para verla morir en media hora.

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Mamá orca lleva a su cría muerta por sexto día mientras la familia permanece cerca

La mamá orca deja caer a su cría muerta después de 17 días manteniendola a flote

El jueves por la noche se vio a una afligida madre orca llevando a su cría muerta, luchando para empujarla a través de una corriente de 4 nudos, y haciendo profundas inmersiones para recuperarla cada vez que se le caía de la cabeza y se hundía. «Es absolutamente desgarrador verlo«, dijo Taylor Shedd, coordinador del programa de Soundwatch, que ha seguido a la ballena casi continuamente durante el día, informando a las agencias estatales y federales e instando a los navegantes a mantener su distancia.

Nacida el martes por la mañana, la cría de J35 vivió aproximadamente media hora. Ella se ha negado a dejarla ir, nadando con el cuerpo inerte sobre su cabeza. Es una expresión de dolor que los biólogos han documentado en ballenas y delfines en todo el mundo. A veces la respiración de la madre ha sido muy trabajosa.

«Estábamos preocupados por su salud», dijo Shedd. Nada contra una corriente de 4 nudos, y tiene que bucear muy profundo para recuperar al bebé cuando se resbala, para levantarlo y seguir empujándolo frente a ella».

La orca viaja con su grupo, haciendo un gran esfuerzo para mantenerse al él. «Ella va en último lugar«, dijo Shedd. El programa Soundwatch Boater-Education, administrado por Whale Museum en Friday Harbor, pone educadores en el agua todos los días durante la temporada de avistamiento de ballenas para acercarse a los navegantes según sea necesario para recordarles la distancia de 200 metros requerida entre navegantes y mamíferos marinos para minimizar el disturbio.

Durante el duelo de J35, Soundwatch ha estado vigilando a la orca, explicando a los navegantes curiosos lo que está sucediendo, y por qué necesitan mantenerse a distancia.

Las visitas comerciales de observación de ballenas se han suspendido voluntariamente para dar privacidad a la ballena y a su familia. «Estamos dispersando la flota, alejándonos, es muy triste«, dijo Jeff Friedman, presidente del lado estadounidense de la Pacific Whale Watch Association.