Por Ana González Uriarte, psiquiatra infantojuvenil y terapeuta sistémica.


 
Solo quiero recordar que el amor es la base de la salud.
No voy a dar recomendaciones sobre “qué hacer” con bebés, niños y niñas durante la cuarentena. Ya hay muchas (y muy buenas) ideas circulando.
Los bebés y niños pequeños sienten el amor de sus padres. Están más cerca de lo instintivo, de lo corporal y de lo emocional que los adultos.
Y el lenguaje de lo emocional está en el cuerpo. No son tanto las palabras y su contenido lo que les llega.  Es la mirada, la sonrisa y la risa, el tono de las palabras, el abrazo cálido, el juego compartido o el consuelo paciente en sus momentos de malestar. Es cómo les miramos, hablamos, tocamos y consolamos a lo largo del día y de la noche. Perciben nuestra sensibilidad y disponibilidad que expresamos a través del cuerpo.
Somos cuerpo y somos su base segura desde la que explorar el mundo. Si nos perciben estresadas/os, desconectadas/os, enfadadas/os, irritadas/os … su base se tambalea y aumentará su expresión de malestar, sus gritos, su llanto, sus demandas ….
Así que todo lo que nos ayude a bajar nuestro estrés (que es lógico sentir en estos tiempos de Covid) nos ayudará a cuidar amorosamente a nuestros hijos. Y tanto ellos como nosotras nos sentiremos mejor. Y su salud y la nuestra lo agradecerá.
Meditar, ejercicio, yoga, masaje, pintar, bailar, cantar … lo que sea que nos ayude a SENTIRNOS MEJOR de forma saludable.
Y por qué hacerlo? Por autocuidado y amor a nosotras mismas y por amor y respeto a bebes y niños/as.
Y desde ahí, desde una cierta calma que podemos alcanzar (aunque sea transitoria) podremos poner ATENCIÓN en las necesidades de las y los pequeños.

  • Observar, mirar despacio para poder ver, maravillarnos de sus ojos, su carita, sus manos, su sonrisa, sus gestos….
  • Atender a lo sensorial, a lo que percibimos por la vista, el olfato, el tacto … Dedicar un tiempo a “saborear” con los sentidos a nuestras criaturas.
  • Disfrutar del contacto, el intercambio, el juego y las risas …

 

Y cuando SE DESREGULAN (se enfadan, gritan, lloran….):
  • Pensar que son momentos privilegiados para conocernos y conocerles mejor, adquirir más capacidad de autoregulación. AMARLES Y CUIDARLES (y de paso también las criaturas adquieren más estrategias de regulación)
  • Respirar…..atender a lo que sentimos, intentar mantener la CALMA. Ponernos en su piel, CONECTAR con lo que sienten sin quedarnos ahí, volver a nuestra piel y poner palabras a sus emociones y necesidades. Aunque no sepamos lo que necesitan, es el intento de entenderlo desde el amor lo que cuenta.
  • Contactar y profundizar en lo que sentimos. Después podemos escribirlo, nos puede ayudar a comprender mejor lo que es nuestro, de nuestro pasado, de nuestro presente … del cansancio, del exceso de expectativas, de la necesidad de control …. y evitar proyectarlo en las criaturas. No juzgarnos ni culpabilizarnos. No somos perfectas, somos las mejores madres y padres que podemos ser en cada momento; aunque sí que podemos mirar hacia atrás para aprender y hacia adelante para responsabilizarnos de ser madres y padres suficientemente buenos.
  • Desde la calma y la atención consciente a lo que ocurre en el momento estaremos en mejor disposición para ayudarles a consolarse, a rebajar su malestar y encontrar maneras amorosas de acompañar.

Los bebés y niños/as pequeños tienen buenas estrategias para mostrar y SEÑALAR su malestar,  pero sus estrategias para regularlo DEPENDEN de quien les cuida.

Es en el cuidado amoroso donde adquieren la capacidad de autoregularse. Y eso lleva tiempo, mucho tiempo. Pero a más cuidado amoroso, mejores capacidades de autocuidado, y más capacidad de amar a los demás. Y más DISFRUTE!!!!
Es la tarea más importante de la humanidad: CUIDAR Y AMAR
 
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