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Nueva investigación sobre el uso masivo de la oxitocina sintética

Una nueva investigación analiza los posibles riesgos del uso masivo de oxitocina sintética para acelerar o desencadenar el proceso de parto y recomienda limitar su uso a lo imprescindible.

La oxitocina, la llamada hormona del amor, es muy importante en nuestra vida, y tiene un papel fundamental durante nuestros procesos reproductivos: la sexualidad, el embarazo, el parto y la lactancia. En el trabajo de parto ayuda a que el útero de la madre se contraiga, reduce el dolor, la ansiedad y el estrés en el parto, activa cambios en el cerebro de la madre cuando conoce a su bebé e incluso activa la lactancia. Sin embargo, sabemos que el trabajo de parto que es inducido o acelerado por la oxitocina sintética difiere del trabajo de parto normal y fisiológico. En estos casos, distintos estudios han encontrado que las contracciones son más largas y más dolorosas o que la oxitocina sintética no influye en la función cerebral materna de la misma forma que lo hace la oxitocina en el trabajo de parto normal. La duración de la lactancia materna también parece alterarse, como ya señalaba un estudio piloto en 2012.

El pasado 2 de marzo se publicaba en BMC Pregnancy and Childbirth una nueva investigación, liderada por las médicas Sarah Buckley y Kerstin Uvnas Moberg, que analiza los posibles riesgos del uso masivo de oxitocina sintética para acelerar o desencadenar el proceso de parto. Su uso viene generando preocupación desde hace años, como recuerda en un artículo publicado en su blog Ibone Olza, directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal y una de las autoras que ha participado en dicha investigación: “Es un tema tremendamente difícil de investigar porque todavía se desconoce mucho sobre la fisiología de la oxitocina y el desarrollo del sistema oxitocinérgico a lo largo de la vida. El trabajo de la médica sueca Kerstin Uvnas Moberg es pionero e imprescindible para cualquier persona que quiera comprender este sistema”, explica.

La investigación, titulada Maternal and newborn plasma oxytocin levels in response to maternal synthetic oxytocin administration during labour, birth and postpartum – a systematic review with implications for the function of the oxytocinergic system, revisa exhaustivamente todos los estudios que han analizado los niveles plasmáticos de oxitocina en madres y bebés tras la administración de oxitocina sintética antes, durante o tras el parto. Sus autoras recuerdan que las propiedades farmacocinéticas de la oxitocina sintética siguen siendo poco conocidas, a pesar de su administración generalizada en el parto, pero destacan que hay evidencia suficiente como para insistir en que el uso de oxitocina sintética modifica los patrones de contracción uterina, lo que tiene efectos en la madre y en el bebé. “Esto puede influir en el flujo sanguíneo uterino y la actividad del sistema nervioso autónomo materno, lo que podría dañar al feto y aumentar el dolor y el estrés de la madre”, señalan. Además, la administración prolongada de oxitocina sintética durante el trabajo de parto puede reducir la capacidad de respuesta uterina y es un factor de riesgo de hemorragia posparto.

Los recién nacidos cuyas madres reciben oxitocina sintética durante el parto también están expuestos a riesgos: un mayor riesgo de acidemia; ingreso en la UCIN; encefalopatía hipóxico-isquémica, ictericia, convulsiones y otros indicios de morbilidad neurológica; y en algunos entornos, mayores riesgos de muerte neonatal. También el éxito de la lactancia materna se ve comprometido, ya que hay un mayor riesgo de separación entre la madre y el bebé debido a las consecuencias de intervenciones como la epidural o las cesáreas.

El nacimiento no es sólo el proceso por el cual el bebé pasa del útero al mundo exterior, sino que se trata de un proceso en el que “se producen adaptaciones fisiológicas y psicológicas que facilitan y optimizan el resultado del parto para la madre y el bebé y también promueven la salud y el bienestar a largo plazo para ambos al estimular la interacción y el vínculo”. Dado que muchas mujeres reciben oxitocina sintética en este momento crítico, sus autoras consideran que es fundamental comprender las consecuencias para las madres y sus hijos, limitando idealmente al máximo su uso a lo imprescindible: «La liberación de oxitocina es muy sensible a los factores estresantes, incluso a factores estresantes muy sutiles, como la presencia de personas desconocidas y estar en un entorno desconocido. Por el contrario, el contacto, la calidez y el comportamiento amistoso y de apoyo de los cuidadores pueden promover el progreso del trabajo de parto al optimizar la liberación de oxitocina y la actividad del sistema nervioso parasimpático. Los modelos de atención que fomentan el parto fisiológico, como la continuidad de la cuidados de matronería y el apoyo continuo favorecen la optimización de los sistemas de oxitocina», concluyen.

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