Ilustración de Elia Mervi
“Ver el embarazo sólo como tiempo de espera es un sesgo muy reduccionista. A lo largo de 40 semanas aproximadamente, cada mujer vive y ampara una serie de cambios que la transformarán de manera permanente. El embarazo es una buena oportunidad para el cambio y el crecimiento. Como crisis normativa y, por lo tanto, inevitable, supone el inicio de una transformación a gran escala que no ha hecho más que empezar. En la práctica clínica con embarazadas se observa el enorme potencial sanador de la gestación. El embarazo es un tiempo para la creatividad…
Cuando acceden a un trabajo psicoterapéutico, las gestantes se involucran con rapidez. Muchas profesionales hemos observado cambios sustanciales, más allá de lo sintomático, acompañando en esta etapa. Algunos duelos actuales o antiguos, historias de abandono, pérdida o negligencia se elaboran en pocas sesiones de psicoterapia, favoreciendo mejorías a diferentes niveles. Episodios y vivencias traumáticas se recuerdan, en el amparo de la relación psicoterapéutica, permitiendo a la mujer revisar emociones enquistadas y potencialmente dañinas como la culpa, el reproche o la ira. Poder sentirlas, sabiéndose cuidadas y sostenidas, y poder resignificarlas con la ayuda profesional favorece la aceptación de lo que fue y la toma de conciencia de lo que se quiere mantener y de los cambios que se precisan incorporar. La psicoterapia en el embarazo facilita una mejoría clínica que permite llegar al parto y al puerperio aliviadas de cargas psíquicas que de otra manera se sumarían a la ingente labor de maternar. “
Extraído del libro Psicología del Embarazo. Patricia Fernández Lorenzo e Ibone Olza. Editorial Síntesis, 2020
Como profesionales sanitarias, debemos tener presente que el trabajo durante el embarazo tiene un tiempo limitado y definido. Se busca acompañar a la madre en la revisión de su propia historia de apego y en la construcción de su identidad como madre. Aunque nuestra labor continúe después del parto, es necesario redefinir los objetivos, adaptándolos a las nuevas circunstancias.
El embarazo, además, plantea objetivos propios que transcurren en paralelo al trabajo en consulta. Estos objetivos abarcan aspectos como la conexión con el cuerpo y el placer, el manejo de las emociones y ambivalencias, las representaciones del “yo” como madre, la relación con el bebé y los límites establecidos con el entorno. Dependiendo del momento de la gestación, será posible profundizar en unos aspectos u otros, ajustándonos a las necesidades y etapas específicas del proceso. Este periodo de transición, el embarazo, constituye una valiosa ventana de oportunidad que permite trabajar aspectos emocionales y relacionales que favorecen el vínculo de la díada.
Estos y otros contenidos se trabajarán en el seminario de Psicoterapia en el embarazo, el próximo 13 de febrero, con el que iniciaremos la formación anual de Herramientas de Psicoterapia Perinatal, impartido por Patricia Fernández Lorenzo e Ibone Olza, coautoras del libro Psicología del Embarazo. de Editorial Síntesis, cuyo último capítulo se dedica íntegramente a la Psicoterapia en el embarazo.
Para cursar la formación es requisito imprescindible haber cursado o estar cursando Fundamentos en Salud Mental Perinatal y empezar por el primer seminario para formar parte de los grupos de trabajo de tareas. Si no se ha realizado esta formación, es posible inscribirse en modo “oyente” tanto a la formación completa como a seminarios sueltos, con lo que se tendría acceso a los contenidos de los seminarios correspondientes, pero no se podría participar en los grupos de trabajo ni obtener la certificación.
El encuadre es integrador, estas son las características de la Psicoterapia Perinatal Ecosistémica:
- Está basada en la complejidad y en la diversidad de agentes implicados.
- Es humanista, individualizada, que invierte en diálogo y que da voz a las madres.
- Es feminista, cuidadosa e inclusiva con el padre y/o pareja de la madre.
- Es equitativa, es decir, ampara al bebé y a la madre en su particularidad.
- Es empoderante, buscando el placer y el autocuidado.
- Aprovecha el potencial sanador de las crisis.
- Apuesta por el vínculo psicoterapéutico.
- Parte de la observación y el estudio del psiquismo materno en transformación.
- Parte del estilo materno propio de cada madre.
- Se apoya en el trabajo personal y en la supervisión de los profesionales.
(Extraído del libro Psicología del Embarazo. . Patricia Fernández Lorenzo e Ibone Olza. Editorial Síntesis, 2020)