Uno estudio reciente ha demostrado que la duración de la licencia de maternidad tiene un efecto directo sobre la calidad de las interacciones madre-criatura y que la calidad de las interacciones madre-bebé durante la primera infancia predice apegos seguros y mayores niveles de empatía y éxito académico más adelante en la vida.
Un estudio reciente de Plotka, R. & Busch-Rossnagel examina las relación entre la duración del permiso de maternidad, las interacciones madre-criatura y el apego entre las madres trabajadoras estadounidenses y sus bebés. En Estados Unidos, la duración de la licencia de maternidad varía mucho entre las madres debido a la ausencia de una política universal para la licencia remunerada. El efecto de la duración de los permisos de maternidad se ha considerado ampliamente en la literatura que estudia los mercados laborales, la salud de las mujeres y la salud infantil. Sin embargo, el impacto psicológico sobre los bebés han tenido menos consideración. Este estudio aborda estas brechas al examinar los posibles efectos, tanto directos como indirectos, de la duración del permiso de maternidad en las interacciones madre-bebé y en la seguridad del apego.
La calidad de las interacciones entre padres e hijos es central en el desarrollo social y emocional de las criaturas. Las interacciones entre padres e hijos son el proceso por el cual los bebés se inician en el mundo social. A través de esta sincronía, los padres sintonizan con los ritmos internos de la criatura, perciben, interpretan y responden a sus señales emocionales, les enseñan reglas de comunicación e intercambio social y promueven el desarrollo del ser social de la criatura. La calidad de las interacciones generalmente se define por
- la sensibilidad
- el nivel de implicación
- la precisión en la interpretación de las señales del otro
- sincronía
A través de estas interacciones, el bebé se vincula con su/s figura de apego, aprende a manejar la frustración, aceptar demoras y decepciones, operar en el ambiente de manera autónoma y cooperar con los demás. Los niveles de calidad en las interacciones madre-hijo se establecen temprano en la vida. La calidad de las interacciones madre-hijo parece ser estable durante los primeros dos años y medio de vida, y desde la edad preescolar hasta los años de la infancia media (periodos investigados).
En estudios anteriores, los niños que tenían niveles más altos de reciprocidad en sus interacciones con sus madres antes de los 2 años de edad tenían niveles más altos de autorregulación a los 3 años de edad, Una mayor sintonía y una interacción más fluida resultaron en mayores niveles de competencia social. En contraste, los niños con altos niveles de afecto negativo en la relación madre-hijo tenían niveles más bajos de autorregulación, lo que puede ponerlos en riesgo de problemas en el desarrollo social, emocional y cognitivo.
En otros estudios, el grado de coincidencia entre el comportamiento maternoinfantil y la influencia mutua y la adaptación a las señales del otro durante la infancia predijeron la capacidad de empatía de adolescentes a los 13 años de edad. El autor concluyó que la oportunidad de compartir experiencias emocionales y coordinación emocional con un adulto significativo durante la primera infancia es fundamental para la capacidad del infante de empatizar con los estados emocionales de los demás más adelante en la vida.
Apego seguro
El apego es una relación emocional especial que implica un intercambio de amor, cuidado y placer. La figura de apego desempeña el papel clave de proporcionar el marco para el desarrollo de modelos de relación internos que resultan de la internalización de experiencias tempranas. Estos modelos internos son como planos para futuras relaciones y constituyen un conjunto de habilidades de afrontamiento que proporcionan organización y coherencia en la mente del bebé.
El apego seguro es fundamental para el desarrollo social y emocional en la primera infancia, y siempre ha resultado ser un predictor de desarrollo psicosocial positivo.
Cuando los bebés experimentan protección, confort y amor y, al mismo tiempo, se les da la oportunidad de explorar de forma independiente, desarrollan modelos operativos internos de sí mismos como seres independientes, valiosos, dignos de amor, merecedores de confianza, de lo que se deriva un sentimiento de confianza y regulación emocional. Estos bebés experimentan apegos seguros, que les permiten usar al cuidador como una base segura para explorar el mundo libremente. Se ha encontrado que la seguridad del apego predice resultados positivos del desarrollo, tales como conductas pro-sociales, competencia social con sus compañeros, habilidades sociales y empatía.
Apego inseguro: en contraste, cuando un niño experimenta rechazo y las necesidades de confort y exploración son ignoradas o se satisfacen de manera inconsistente e impredecible, es probable que el bebé desarrolle modelos operativos internos como menos dignos, menos amables y menos autosuficientes, provocando sentimientos de rechazo, hostilidad, ansiedad y ambivalencia. Estos bebés experimentan inseguridad en el apego y se ven a sí mismos, a las relaciones y al mundo como inseguros y poco confiables.
Apego ansioso o ambivalente: La dependencia del apego es una forma de inseguridad del apego y constituye dependencia emocional y excesiva dependencia del cuidador para su protección y amor. El niño desarrolla modelos operativos internos de un cuidador como alguien que es inestable, poco confiable y cuyo amor no satisface las necesidades del niño. Como resultado, el niño muestra apego, se siente demasiado inseguro para explorar el mundo libremente y no puede usar al cuidador como una base segura. Estos comportamientos resultan en relaciones problemáticas e inseguras más adelante en la vida.
Cuando se establece el apego
Los primeros meses de vida son clave para el desarrollo del apego seguro entre el bebé y su madre o cuidador/a. El apego comienza a tejerse desde el nacimiento, se establece en el noveno mes de vida y, a los 12–14 meses, se finalizan. Una vez que se forman los apegos, permanecen relativamente estables durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta.
La investigación ha demostrado los procesos biológicos subyacentes que causan que ciertos comportamientos de vínculo emerjan con más intensidad durante el período posparto. Durante el trabajo de parto y el período posparto, una mujer libera la hormona oxitocina. Se ha demostrado que esta hormona afecta el comportamiento de cuidado materno y el vínculo de pareja. Se han encontrado consistentemente asociaciones entre los niveles de oxitocina liberados en la madre humana y la calidad de las interacciones madre-hijo, lo que sugiere que el período posparto puede ser un período biológico preparado para el desarrollo de apegos saludables. Las políticas que abordan cuestiones como la duración de las licencias por maternidad tienen el potencial de facilitar el tiempo para que las madres y los bebés pasen juntos y desarrollen apegos seguros.
Efecto de la duración del permiso de maternidad sobre la interacción madre-bebé y el apego
Pocos estudios han explorado la relación entre la duración del permiso de maternidad y las interacciones o el apego madre-bebé. Feldman y colegas (2004) compararon un grupo de madres que disfrutaron de permisos de maternidad de más de 12 semanas con un grupo de madres que tuvieron permisos de maternidad de menos de 12 semanas. Las mujeres en el grupo de licencia larga tenían una mejor comprensión del desarrollo infantil, mayores niveles de preocupación con su bebé e informaron que la maternidad tuvo un mejor impacto en su autoestima y su relación de pareja. Además, los permisos de maternidad más largos estaban relacionados con una mejor adaptación laboral. Sin embargo, este estudio no incluyó observaciones de interacciones madre-hijo.
Clark y sus colegas (1997) encontraron que las bajas más cortas dieron como resultado niveles más bajos de sensibilidad materna y un mayor afecto negativo durante las interacciones con el niño.
Un estudio encontró un vínculo entre la licencia de maternidad y el apego. En una muestra representativa a nivel nacional, al comparar a los bebés con apego ambivalentes y no ambivalente, los bebés tenían más probabilidades de ser clasificados en la categoría ambivalente cuando las madres no tuvieron permiso de maternidad (Pisciella 2008). El apego ambivalente se refiere a los bebés que tienen un apego inseguro, muestran ansiedad por la separación, no pueden usar al cuidador como una base segura y desarrollan modelos operativos internos ambivalentes hacia las figuras de apego, porque los cuidadores suelen ser inconsistentes e impredecibles (Bowlby 1988). Este estudio da evidencia de los vínculos entre la licencia de maternidad y la seguridad del apego. Sin embargo, este estudio no analizó los efectos indirectos de la duración de la licencia de maternidad y el papel de la calidad de las interacciones madre-hijo.
El presente estudio:
Objetivos
- Explorar los efectos directos de la duración del permiso de maternidad entre las madres trabajadoras sobre la calidad de las interacciones madre-hijo.
- Evaluar los efectos directos de las interacciones madre-hijo sobre la seguridad y la dependencia del apego.
- Explorar si la duración del permiso de maternidad afecta indirectamente los niveles de seguridad del apego al afectar la calidad de las interacciones madre-hijo.
Se propusieron tres hipótesis:
- Hipótesis 1: los permisos de maternidad más largos se asociarían con niveles más altos de interacciones madre-hijo.
- Hipótesis 2: niveles más altos de interacciones madre-hijo de calidad se asociarían con niveles más altos de seguridad del apego y niveles más bajos de apego ansioso o ambivalente
- Hipótesis 3: los permisos de maternidad más largos se asociarían con niveles más altos de interacciones madre-hijo de calidad, que a su vez se asociarían con niveles más altos de seguridad del apego y niveles más bajos de apego ansioso o ambivalente.
Dado que el estado socioeconómico (SES) está relacionado con la duración del permiso de maternidad, este estudio incluyó el SES materno como una variable en los modelos. Para el estudio, los participantes se recogieron en el Estudio longitudinal de la primera infancia, Cohorte de nacimiento (ECLS-B), una muestra representativa de niños a nivel nacional. Los datos fueron recolectados a los 9 meses y dos años de edad.
Interacción madre-bebé
Las interacciones madre-bebé se evaluaron cuando el niño tenía 9 meses de edad con la Escala de enseñanza de evaluación de enfermería infantil (NCATS): pedirle a la madre que le enseñe al niño una tarea que está un poco más allá de sus capacidades, lo que crea una cierta cantidad de angustia. Los observadores capacitados prestaron atención a la calidad de las interacciones y al nivel de capacidad de respuesta entre la madre y el niño, en lugar del éxito en la tarea.
Después de revisar todos los datos, se confirmaron las tres hipótesis de estudio.
El efecto del permiso de maternidad en la calidad de las interacción madre-bebé
Uno de los principales hallazgos de este estudio fue que la duración de la licencia de maternidad tuvo un efecto directo sobre la calidad de las interacciones madre-criatura. Del mismo modo, se ha demostrado que la calidad de las interacciones madre-bebé durante la infancia predice apegos seguros, niveles de empatía y éxito académico más adelante en la vida.
El efecto significativo encontrado entre la duración del permiso de maternidad y la calidad de las interacciones madre-hijo es consistente con los hallazgos anteriores de que los permisos de maternidad más cortos resultan en una interacción madre-hijo más negativa. Los hallazgos del presente estudio respaldan lo que han argumentado muchos especialistas en desarrollo, a saber, que la posibilidad de pasar tiempo con el bebé antes del regreso al trabajo ayuda a las madres a desarrollar niveles más altos de sintonía con sus necesidades de su bebé y de sensibilidad hacia sus señales sin el estrés de la separación. En general, este trabajo indica que las interacciones madre-bebé son sensibles a la cantidad de tiempo que una madre tiene para conocer a su hijo antes de regresar al trabajo. Estos resultados deberían informar el desarrollo de políticas que apoyen las necesidades de los bebés y de las madres que trabajan.
El efecto del permiso de maternidad en el apego
Otro resultado importante de este estudio fué que el efecto de la duración del permiso de maternidad en el apego estuvo mediado por la calidad de las interacciones madre-hijo. El permiso de maternidad desempeña un papel importante en el apoyo al desarrollo de apegos seguros debido a su efecto en la calidad de las interacciones madre-hijo.
Además, los resultados traen nueva luz sobre un tema de investigación importante, a saber, la relación entre el cuidado infantil no materno en los meses de vida y el apego. Los estudios NICHD ECCRN (1997, 1999) encontraron que más de 10 horas a la semana en cuidado infantil durante el primer año de vida ponen a un niño en riesgo de desarrollar apegos inseguros y comportamientos agresivos cuando una madre tiene bajos niveles de sensibilidad (NICHD 1997) [Clark y sus colegas (1997) encontraron que las bajas más cortas dieron como resultado niveles más bajos de sensibilidad materna y un mayor afecto negativo durante las interacciones con el bebé]. Los resultados confirman que los permisos de maternidad es la forma adecuada de satisfacer la necesidad de que los bebés desarrollen apegos seguros.
Conclusión
Este estudio encontró que existe un efecto directo entre la duración de la licencia de maternidad y la calidad de las interacciones madre-hijo y el apego.
Dado que el desarrollo de interacciones de calidad y la formación de apegos es una necesidad universal de los bebés, este estudio respalda la necesidad de que las madres tengan la oportunidad de pasar tiempo con sus bebés, participar en interacciones positivas y sin estrés, y aprender a interpretar las señales de su criatura antes de afrontar el estrés de equilibrar maternidad y trabajo.
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