Por Iliana París

Cuando empecé a leer Psicología del Embarazo mis expectativas eran altas. Conozco el recorrido profesional de Ibone y Patricia, e imaginaba que, como tándem, no podrían generar más que palabras potentes y esclarecedoras; aun así, Psicología del Embarazo rebasó todo lo esperado.

Las autoras, -junto a Susanna Carmona Cañabate, que escribe dos capítulos-, han logrado una obra de obligada lectura para todas/os las/os profesionales de la salud que se dediquen a trabajar con mujeres en etapa pre y perinatal. Y lo digo no solo por la rigurosidad y el manejo del contenido, la amplia bibliografía y la exhaustividad y claridad de palabra, sino también por la sensibilidad que hay en cada capítulo y la mirada amorosa, compasiva y cuidadosa que encontramos hacia las mujeres gestantes y sus maternidades, reivindicando en muchas ocasiones, y de diversas maneras, la necesidad de dar voz a las madres

La obra consta de diez capítulos, a través de los cuales se hace un abordaje completo sobre lo que, desde la psicología sanitaria y la psicología del embarazo, se ha dicho al respecto. Proponiéndonos, en primer lugar, una perspectiva ecosistémica como la manera más integral de abordar el proceso psíquico de la gestación, puesto que no somos personas aisladas y nuestra individualidad está marcada por la cultura, la sociedad, el sistema de salud, el entorno sociolaboral, la comunidad y la familia. La manera como se viven los embarazos, no escapa a la influencia de todas estas capas: “En realidad, la sociedad en su conjunto se gesta con cada criatura que nace. El modo colectivo en el que observamos y nos ocupamos de sostener la vida y quienes la hacen posible y la alimentan impacta sobre cada uno de nosotros y nos define como humanidad.” (pág. 25).   

El segundo capítulo está dedicado a explicar el proceso psíquico que acontece en la mujer durante el embarazo. De entrada, la propuesta es que el acompañamiento y la atención a las embarazadas necesariamente debe incluir la escucha a las madres y el conocimiento del psiquismo materno para poder identificar lo que cabe esperar, lo que se aleja de lo esperable y cómo atenderlo. En este sentido, hacen un recorrido por lo que han dicho las autoras clásicas respecto al embarazo como crisis normativa del ciclo vital, deteniéndose en conceptos básicos como transparencia psíquicapreocupación materna primaria y orientaciones maternales, así como explicando las etapas psíquicas por las que pasan las mujeres durante el embarazo, y cómo, al saber esto, se puede atender y acompañar a las embarazas. 

El tercero y cuarto capítulos son oro puro. Están escritos por Susanna Carmona Cañabate, quien nos lleva por el complejo terreno de la neurosiología, haciéndolo un paseo sencillo y agradable, y traduciendo explicaciones altamente complejas en palabras accesibles y comprensibles. De esta manera, explica cómo es el cerebro materno y las transformaciones que se dan a nivel cerebral cuando se está gestando, y también cómo ocurre el desarrollo del bebé en el útero y la programación fetal. 

Llegamos al meridiano del libro con un capítulo dedicado a la construcción prenatal del vínculo, en el que las autoras nos pasean por la historia del concepto, los hallazgos y las investigaciones más recientes al respecto, y nos dejan una propuesta para facilitar y cuidar el vínculo desde el embarazo. Seguidamente, nos sumergimos en la transición parental; y aquí nos hablan del deseo de ser madre, sus diversas aristas y complejidades, y también del deseo de ser padre y la importancia de la pareja de la madre como soporte emocional durante la gestación, incluyendo en estas reflexiones los matices que puede tener el proceso con las diversas construcciones familiares de hoy y las nuevas parentalidades.

El capitulo siete, dedicado al embarazo complicado y los contextos de riesgo y vulnerabilidad, se abre con una cita provocadora de Adrianne Rich: “todos dictan a las mujeres -como siempre ha hecho el patriarcado- cómo y en qué circunstancias deben “producir” hijos”. Y aquí, Ibone y Patricia afirman, esencialmente, que solo si sostenemos a las madres podremos sostener a su criatura. La invitación es a poner la mirada sobre la madre y dejar de mirar a su bebé como “producto”; haciendo con ello una denuncia alta y clara: “estar embarazada en un mundo patriarcal significa o conlleva una alta probabilidad de sufrir violencia(s), o de estar expuesta y/o participar en ella(s)” (pág. 177). Las autoras nos hablan de violencias, de la medicalización del embarazo como una situación potencialmente perniciosa para la salud mental de la gestante, de diversas intervenciones que tienen un impacto emocional en las mujeres y de la necesidad de contextualizar el riesgo. En este sentido, la propuesta es humanizar los cuidados buscando que lasintervenciones tengan el menor impacto posible sobre la salud mental de las embarazadas, incluso cambiando nomenclatura médica, que ya de por sí coloca a las mujeres en un lugar de alerta psíquica a la hora de transitar por un embarazo. 

Seguidamente, Patricia e Ibone nos presentan un recorrido exhaustivo por la psicopatología que puede darse en el embarazo, con prevalencias, planes de actuación y evidencia científica reciente. Uno de los elementos más llamativos es que la mirada se hace desde el modelo de los cuidados sensibles con el trauma, planteando que esos desequilibrios psíquicos han tenido su origen en experiencias vitales significativas del pasado no resueltas, y aparecen con la intención de llevar a la mujer hacia una sanación de dichos conflictos, siendo el embarazo un período potencialmente transformador que empuja a las gestantes a resolver determinadas problemáticas para asumir la crianza con menos peso en su mochila emocional. Y he aquí nuevamente la bella lección: cuidar de las madres, escucharlas sin prejuicios, ni etiquetas, y resaltar el potencial sanador de lo que están viviendo.

El libro culmina con dos capítulos dedicados a la atención de la salud mental y a la psicoterapia durante la gestación. Aquí las autoras desarrollan, desde su perspectiva, cuáles son las habilidades que, como profesionales que acompañamos a mujeres, deberíamos tener, haciéndonos un repaso de conceptos clave dentro del quehacer psicoterapéutico, y desarrollando algunos aspectos perinatales a explorar que deben ser incluidos en la entrevista clínica para realizar una buena valoración de la salud mental materna y que servirán, más adelante si es el caso, como hoja de ruta en el proceso psicoterapéutico. Recalcan que el embarazo es un tiempo de creaciones, en plural, con todo lo que esto conlleva, siendo la psicoterapia un momento de encuentro en el que se construye una relación especial que permite profundizar en algunos aspectos de la propia historia de vida y del propio psiquismo, generando, en un corto período de tiempo, reparaciones, elaboraciones y resoluciones importantes para la mujer. 

La invitación es a acompañar a que las mujeres vivan este período conectadas con el autocuidado, el bienestar y el placer. No se trata de una propuesta ingenua, en absoluto. Los malestares que puedan surgir durante el embarazo deben tener cabida, deben estar permitidos y ubicarse incluso como eventos necesarios para generar una consciencia diferente; pero el acompañamiento como profesionales ha de promover las conductas de autocuidados y la sensación de una aceptación incondicional dentro de una relación segura y contenedora, donde la vivencia de la madre es la protagonista. Nuevamente la mirada ha de ir a la mujer, su vivencia y sus sentires durante la gestación. Así, nos presentan las bases de lo que sería la psicoterapia perinatal ecosistémica. Siendo éste un aporte novedoso y fundamental dentro del marco de conocimiento existente tanto en la psicoterapia, como en la atención en el embarazo. 

Psicología del Embarazo, no solo es una obra que nos aporta un corpus teórico consistente, estructurado y actualizado sobre la psicología de la gestación y los múltiples factores a tener en cuenta al respecto, sino que además lo hace desde una sensibilidad exquisita y desde el compromiso de un quehacer profesional, en el que otras maneras de obrar son posibles, colocando a las mujeres que gestan y a su experiencia en el centro, dándoles voz -como de hecho lo hacen a lo largo del libro, con diversos testimonios de riquísimo valor-, y reivindicando la hermosa labor de la gestación y la necesidad del cuidado que como sociedad y como profesionales de la salud les debemos a las embarazadas. 

Gracias Patricia e Ibone. Vuestro libro es un regalo, una guía y un referente fundamental para todos/as los/as profesionales comprometidos con la ayuda a las madres.

 

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