
Por el IESMP
El parto tras una muerte perinatal es una experiencia profundamente dolorosa, pero también necesaria, ya que puede favorecer una conexión física y emocional madre-bebé y facilitar el proceso de duelo. El sufrimiento en el parto y posparto se intensifica cuando se produce violencia obstétrica (VO).
Paula Dietta, en su trabajo de investigación Violencia Obstétrica en Contextos de Muerte Perinatal: Estudio Cualitativo sobre Relatos de Parto, basándose en el modelo ecosistémico perinatal, explora que la VO no puede entenderse como un fenómeno aislado, sino como una dinámica compleja y sistémica que atraviesa distintos niveles a la vez, desde el trato interpersonal hasta las estructuras institucionales y culturales, lo que dificulta clasificar sus manifestaciones en compartimentos estancos.
La VO en contextos de muerte perinatal parece manifestarse a través de indicadores como verbalizaciones hirientes, actuar sin consentimiento, no permitir el contacto con el bebé, recibir un trato deshumanizado o no dar información, así como, en un plano estructural y sistémico, con la falta de políticas y la ausencia de protocolos sensibles. Todo ello, se perpetúa por la influencia del entorno social y cultural donde no se reconoce o se deslegitima este tipo de pérdida.
En este estudio, se propone visibilizar el duelo perinatal y mejorar la atención sanitaria, teniendo en cuenta todos los niveles de intervención, e implementar modelos de atención respetuosos centrados en la mujer y ajustados a sus necesidades.
En la revisión de testimonios, algunas de las mujeres relataron gestos de humanidad por parte del personal sanitario que les ayudaron en sus propios procesos, como ser llamadas por su nombre, poder ver o despedirse de su bebé, o sentir que sus emociones eran escuchadas y validadas.
A lo largo del estudio, podemos leer referencias de buenas prácticas como las que propone Yalley (2024) como medidas para reducir el impacto de la VO:
- Mejorar la comunicación clínica, con información clara y lenguaje cuidadoso.
- Asegurar privacidad y entornos seguros durante el parto.
- Permitir el acompañamiento de personas significativas para la mujer.
- Formar al personal sanitario en trato digno, empatía y derechos humanos.
¡Felicidades, Paula, por este trabajo!