En el año 2010, un estudio realizado en la India arrojó un resultado que sorprendió a los investigadores: los grupos de apoyo mutuo entre madres fueron la intervención más eficaz para mejorar la salud materno infantil, y esa mejora incluyó la reducción de la mortalidad y de las tasas de depresión posparto. Fué una intervención sencilla, orientada a la promoción de la salud, el apoyo mutuo y la escucha.
Podría pensarse que ese resultado se debió a que en un país con tantas deficiencias sanitarias, cualquier intervención de educación para la salud puede salvar vidas, lo cual es cierto, pero no es toda la verdad. Otros estudios realizados en países desarrollados han demostrado que poner el énfasis en los cuidados es una intervención eficaz en términos de promoción de salud. Hablamos, por ejemplo, de este estudio realizado en Canadá, donde los cuidados por matronas y no por especialistas demostraron ser eficaces para reducir los nacimientos prematuros y las complicaciones en la etapa perinatal. O este otro realizado en España que reveló que asistir a un grupo de apoyo a la lactancia puede reducir en un 50% las visitas al pediatra.
Si nos fijamos en la naturaleza, las especies ultrasociales crían en comunidad: hay un fuerte vínculo madre-criatura, pero ese vínculo está sostenido por una red social de madres. No verás a una elefanta, a una gorila o una delfina criar en soledad. Casualmente, esas especies que crían en comunidad son también las más inteligentes. Y en esa categoría de especie ultra social entra la humana. Y tiene sentido: cuanto más inteligente es una especie, más importante y largo es el desarrollo fuera del útero, más importante el vínculo madre-bebé, más sofisticado y complejo es el mundo emocional y social de las criaturas, más vital la urdimbre social que permite el desarrollo de esa complejidad.
Llegamos a la especie humana y parece lo que admitimos como fundamental en otras especies es irrelevante para la nuestra, y esa falta de consciencia sobre las necesidades de las familias tiene un precio. En las grandes ciudades las madres crían solas, la baja maternal es ridículamente exigua, no hay redes de proximidad y las infraestructuras de encuentro informal para las madres inexistentes. ¿Qué consecuencias tiene esto para la salud mental materna y de las familias? ¿Cuanta psicopatología en la etapa perinatal es en realidad una reacción normal a circunstancias anormales para la especie desde el punto de vista de lo previsto por la naturaleza?
En el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal creemos que escuchar y acompañar a las madres es fundamental para el bienestar emocional de las familias y la salud psicosocial a largo plazo. Por ello, además de ofrecer formación a profesionales, en 2016 creamos un espacio virtual de escucha y acompañamiento a madres: Mama Importa. Es un foro de información, apoyo y autoayuda para embarazadas y madres recientes con cualquier tipo de sufrimiento psicológico o trastorno mental que les dificulte o impida disfrutar plenamente de la maternidad.
Mama Importa: un espacio seguro
Hoy es el día Mundial de la Salud Mental. Cuando alguien menciona la salud mental quizás lo que menos puede venirte a la cabeza es una madre embarazada o con su bebé en brazos. De ahí nació Mamá Importa. De la intención de ofrecer cuidados emocionales a las madres que no están disfrutando de los procesos de su maternidad: escucha, acogimiento, un lugar respetuoso, sin juicios.
Desde que se creó Mamá Importa, allá por 2016, han sido decenas de mujeres las que han entrado para expresarse, o para leer a otras madres. Algunas participaron por un tiempo, otras aún permanecen en el grupo. El entorno de cuidado en el que nos movemos favorece que todas las experiencias y decisiones tengan cabida y que las respuestas obtenidas sean desde el más absoluto de los respetos. Se trata de un grupo abierto, donde puedes entrar y salir cuando lo sientas. El tú a tú nos regala momentos de cohesión entre mujeres que vivien a miles de kilómetros de distancia, y es precioso ver cómo nos abrazamos desde tan lejos.
Hemos ido creando un grupo de madres que ayudan a otras madres, que se apoyan, se escuchan, comparten experiencias personales. A veces en nuestro entorno más cercano no encontramos la escucha o la empatía que se puede necesitar en momentos clave como pueden ser un embarazo, la llegada o la despedida de nuestro bebé.
Mamá Importa es el ejemplo de que las madres buscamos estar en grupo. El tipo de sociedad en el que vivimos hoy día dificulta a veces tener todo el contacto que nos gustaría, pero es innata la necesidad de comunidad, de sentirse acogida y formar parte. Si además ese grupo se caracteriza por ofrecer unos cuidados amorosos, pues tenemos este foro: nuestro patio.
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Esperanza Amado, enfermera de salud mental, coordinadora del Foro Mama Importa
Isabel F. del Castillo