Para un bebé, y muy especialmente si es prematuro, no hay nada tan reconfortante, terapéutico y analgésico como escuchar a mamá. Eso ha revelado un estudio, que ha demostrado que durante las pruebas dolorosas que sufren los bebés prematuros, si mamá les habla disminuyen las puntuaciones de dolor y aumentan los niveles de oxitocina endógena.
La oxitocina endógena es la hormona del amor, y también la hormona de la confianza, el bienestar, el placer. Según explica la Dra. Uvnäs Moberg en su libro Oxitocina, la hormona de la calma, el amor y la sanación, esta hormona activa el sistema nervioso parasimpático y los mecanismos autosanadores del cuerpo. Se segrega en grandes cantidades durante el parto, el posparto, la lactancia, la sexualidad, y también por el contacto físico, la caricia, la alimentación y en general todo lo que promueve los vínculos y el bienestar. La oxitocina juega un papel fundamental en el establecimiento del vínculo madre-bebé tras el parto.
En aquellos hospitales en los que no se aplican los cuidados canguro, los bebés prematuros experimentan una separación temprana de sus padres, que supone un enorme estrés, al que se añade el hecho de estar expuestos a frecuentes procedimientos clínicos dolorosos y frecuentes. Según este estudio, estos dos hechos, la separación y el dolor, tienen efectos negativos a corto y largo plazo en su desarrollo neurológico, por lo que cualquier esfuerzo que se haga para evitar separaciones y mitigar el dolor sólo puede traer consecuencias positivas para los bebes.
El estudio mencionado buscó verificar si la voz de la madre tenía algún efecto analgésico para los bebés prematuros durante esos procedimientos dolorosos, y si el aumento de oxitocina endógena (OXT) podría estar relacionada con la modulación del dolor.
Veinte bebés prematuros fueron expuestos a tres situaciones durante un procedimiento doloroso:
- la voz en vivo de la madre hablando
- la voz de la madre cantando
- la atención estándar
Se cuantificaron los niveles de oxitocina endógena (pg / mL) en saliva y los niveles de cortisol (hormona del estrés) en plasma, y los psicólogos codificaron el Perfil de dolor infantil prematuro (PIPP). Durante la voz en vivo de la madre, los puntajes de PIPP disminuyeron significativamente, con un aumento concomitante en los niveles de oxitocina sobre la línea de base. El resultado es que la voz en vivo de la madre modulaba los indicadores de dolor de los bebés prematuros. Esto demuestra, entre otras cosas, que la oxitocina endógena liberada durante el contacto vocal es un mecanismo de protección eficaz durante las intervenciones dolorosas, con la ventaja de que ser algo seguro y sin efectos secundarios.
Según este estudio, es cada día más evidente que muchos problemas de desarrollo de los bebés prematuros no se deben solo a factores médicos, sino que, al menos en parte, son también consecuencia del entorno en los que estos bebés viven sus primeras semanas de vida, mencionando concretamente dos factores: la separación de la madre, y la exposición al dolor sin la presencia amortiguadora de una figura de apego.
La conclusión es que los bebés prematuros también deberían beneficiarse del derecho al alivio del dolor, priorizando medidas protectoras seguras y efectivas, como es el contacto con la madre con todo lo que ello conlleva, incluido y especialmente la importancia de hablar a los bebés durante los procedimientos dolorosos.
Estudio completo: