Cuando las mujeres experimentan problemas de salud mental en el posparto, se asume que es algo que viene de fuera, un proceso psíquico independiente de lo que ha sucedido durante el embarazo y el parto.  A veces sí lo es, pero en otros casos, lo que ocurre en el posparto está muy influido por la experiencia del parto.
La realidad es que la experiencia del parto deja una profunda huella sobre la salud mental de las madres, y esta huella a su vez está directamente condicionada por la atención y el trato recibidos, por la posibilidad -o no- de tomar decisiones con respecto a su parto, por las intervenciones que se hagan sobre su cuerpo -algunas o muchas de las cuales pueden ser innecesarias-, o algo tan sencillo como la posibilidad de estar acompañada por quien desee.
Acaban de publicarse las nuevas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para una experiencia positiva de parto.  La OMS lleva desde 1985 desaconsejando prácticas todavía vigentes, como la rotura rutinaria de membranas, la posición tumbada boca arriba en el potro, la monitorización continua, los tactos cada menos de 4 horas, la restricciones de comida y bebida durante, la estimulación sistemática con oxitocina, la episiotomía de rutina o el pinzamiento prematuro del cordón umbilical, entre otras.  Todas estas son prácticas profundamente instaladas en los procedimientos antiguos de atención al parto y/o recogidas en protocolos que no han evolucionado al ritmo de la última evidencia científica.  Son protocolos y procederes que dejan fuera de juego el derecho de las madres a recibir información fidedigna y tomar decisiones sobre su cuerpo como usuarias del sistema sanitario.
En lo que respecta a los aspectos más humanos de la atención, en su nueva guía, la OMS es muy explicita y hace estas recomendaciones que mejoran la experiencia de parto y por tanto la salud mental de las madres. Concretamente la OMS recomienda:

  • Una atención al parto respetuosa, es decir,
    • organizada y brindada de manera que respete la privacidad de la madre, su dignidad y confidencialidad
    • que la proteja de todo daño innecesario
    • que le permita tomar decisiones informadas
    • que le ofrezca apoyo emocional durante todo el proceso.
  • La comunicación efectiva entre profesionales sanitarios y mujer de parto  (no vale imponer intervenciones innecesarias sólo porque lo dice el protocolo o siempre se ha hecho así).
  • El acompañamiento por una persona de su elección.
  • La atención por parte de matronas según el modelo de continuidad de los cuidados, según el cual un pequeño número de matronas conocidas cuida de forma continuada a cada mujer durante el embarazo, parto y posparto.

Más información:

WHO recommendations
Intrapartum care for a positive birth experience